dilluns, 26 de novembre del 2012

OFICINA PRECARIA


ASAMBLEA GRUPO PROMOTOR, jueves 13 de diciembre a las 19:00h CSA La Enredadera (C/Alfambra 4, Puerto de Sagunto) Contaremos con la presencia de Segundo González, miembro fundador de Juventud SIN futuro y Oficina Precaria en Madrid.
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PRECARIEDAD LABORAL Y NUEVAS HERRAMIENTAS DE LUCHA
Lejos de ser una “fase” más de la trayectoria laboral, por la que pasan todos los jóvenes y a la que luego sigue un empleo estable, la precariedad se ha convertido en la condición vital de los trabajadores, especialmente de los últimos que llegan al mercado. La inseguridad del empleo y los riesgos ligados a ésta se están generalizando en nuestra sociedad, y aunque algunos colectivos como los jóvenes se ven más afectados se trata de un fenómeno que deteriora la calidad del trabajo y la vida de la mayor parte de las personas. Además, el trabajo precario está íntimamente ligado a los periodos de desempleo, por eso consideramos paro y precariedad como dos caras de una misma moneda.

El fenómeno de la precariedad comienza a desarrollarse a partir de los años 80, y se caracteriza principalmente por dos elementos. En primer lugar, se refiere a las nuevas formas en las que se organiza el trabajo, en particular a la implantación de la flexibilidad laboral como nueva norma de gestión empresarial, frente al tipo de empleo “para toda la vida” propio del modelo anterior. Por otro lado, esta flexibilización no habría sido posible sin la existencia de un marco legislativo que posibilita la mencionada flexibilidad y da fundamento, por tanto, a la precarización generalizada. La precariedad, que afectó y afecta con especial crudeza a colectivos como las mujeres y los inmigrantes se ceba hoy con los jóvenes. No es un fenómeno coyuntural relacionado con la situación económica, sino, al contrario, un elemento fundamental del modelo neoliberal. Consideramos que hay que desarrollar nuevas herramientas de organización que se adapten a este nuevo modelo.
En términos prácticos, las consecuencias de la implantación de este modelo eran ya alarmantes en los últimos años y se han agravado con la crisis; la situación de la juventud, en particular, arroja una imagen dramática, con un 50% de paro y un 60% de temporalidad en los contratos. Es evidente quien gana y quien pierde con este estado de las cosas: las empresas se aprovechan del marco regulador existente, y lo retuercen hasta el infinito, degradando las condiciones laborales y forzando la aceptación de contratos que ni siquiera están regulados por el marco legal. Mientras, a nosotr@s nos condenan a aceptar estas condiciones o a abandonar el país en busca de unas condiciones de trabajo más dignas.
La precariedad no tiene sólo que ver con la temporalidad: tiene que ver también con la imposibilidad para miles de personas de ejercer sus derechos a la asociación y a la huelga. Tiene que ver con la imposición de formas contractuales que, aprovechando los vacíos legales y el desconocimiento de los jóvenes, disfrazan de becas lo que deberían de ser contratos laborales. Tiene que ver con contratos basura en los que, por realizar exactamente el mismo trabajo que otro trabajador, se paga a becarios o jóvenes en prácticas un tercio del salario de un trabajador fijo. Tiene que ver con el encarecimiento relativo de la vida, la vivienda, el transporte y el recorte de las prestaciones sociales. Tiene que ver con la interiorización del “there is no alternative”, con la generalización de un discurso y unas prácticas que fuerzan una elección dicotómica: frente al paro generalizado, mejor un contrato precario. Pero, ¿es cierto que no hay más alternativas?
Nosotros creemos que sí. La construcción de un modelo alternativo pasa fundamentalmente por varias cuestiones; en primer lugar, debemos combatir el individualismo propio de nuestra sociedad: separados somos más débiles y si competimos entre nosotros perdemos todos. Por eso defendemos nuevas formas de organización que sirvan para aumentar el poder de negociación colectiva de la juventud precaria, pues el contexto de flexibilidad y temporalidad de los empleos dificulta la afiliación sindical clásica y por tanto la acción colectiva. Al imperativo del “sálvese quien pueda” que nos repiten machaconamente hay que oponerle un “nosotros”, el de quienes sabemos que compartimos una misma situación laboral y vital en la siempre perdemos los mismos.
Debemos definir una tabla reivindicativa común que incluya medidas políticas que reviertan la actual dinámica del mercado laboral, como puede ser la redistribución del trabajo mediante la reducción de la jornada laboral o el aumento del salario mínimo. Además, la alternancia de períodos de trabajo temporal y desempleo nos dificulta enormemente el acceso a las prestaciones sociales diseñadas para los “empleos de por vida”, como la prestación por desempleo, o el modelo vigente de pensiones públicas. Por eso es necesario comenzar a pensar juntos en nuevos derechos que compensen estas pérdidas, orientados a garantizar, una vida digna para todos y todas.
Por último, creemos necesario el desarrollo de un modelo de economía alternativo basado en la cooperación y la solidaridad, por lo que apostamos por impulsar paralelamente empresas cooperativas y economía social, que permitan a las personas desarrollar su creatividad, evitando las actuales dinámicas de explotación que se reproducen en el mercado laboral
Si trabajas en negro. Si encadenas contratos a tiempo parcial. Si eres becari@ y no cotizas. Si no tienes posibilidad de organizarte con otr@s trabajador@s. Si cada día trabajas más, cobras menos y en peores condiciones: ERES UN(A) TRABAJADOR(A) PRECARI@.
Defiende tus derechos, los de arriba no lo harán
Anticapitalistes Morvedre


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