dimarts, 15 de novembre del 2011

15 de Octubre: Indignación Global


Rubén Cervantes

El 15 de octubre de 2011 ya es parte de la historia del movimiento de lxs Indignadxs. La extensión mundial de la lucha ya es incuestionable. Algo impensable en noviembre de 2010 cuando La Indignación estalló en los campamentos saharauis, se trasladó a la primavera árabe con la insurrección de la Plaza Thair y de ahí a las huelgas generales en Grecia y  la insumisión financiera de Islandia, que terminó acampada en la Puerta del Sol el 15 de mayo. Ésta se ha convertido en ícono mundial del movimiento #occupy: movimiento social que se extiende por USA, Alemania, Italia, Francia, Bélgica, Canadá, Australia, Japón, Argentina, Chile…


Una vez más la historia se repite, las contradicciones económicas llevan al planeta a una crisis global política, social, ecológica… Los que menos tenían, los más desheredados del sistema, los de abajo se rebelan contra la historia. Los métodos son inequívocos: democracia directa y lucha de masas. La indignación puede aparecer y expresarse de formas muy diferentes. Desde el universitario occidental organizado a través de Internet , o la joven árabe ocupando las plazas, pero todxs coinciden en lo mismo, el sistema falla. El Capitalismo solo representa los intereses del 1% a costa del 99% de la sociedad y es fuente de guerra, hambre y paro estructural. Cada día es más evidente que hay que construir una alternativa democrática.  
El modelo 15M es un ejemplo de alternativa social. Un movimiento democrático, horizontal y heterogéneo, en el que, la autogestión, la lucha pacifica y de masas, las asambleas, las redes sociales,  la lucha contra recortes y desahucios y la presencia permanente en la calle, representa perfectamente al movimiento sin necesidad de interlocutores ajenos. Otra de sus propiedades es la de ser el mejor remedio contra la apatía juvenil y el desgaste de los activista más veteranos. Ante un modelo profundamente antidemocrático, como es el actual estado español, el 15M es una brisa de aire fresco en el que se respira el germen de una alternativa democrática a la gestión de nuestra sociedad. La autoorganización de masas ilegitimiza a las instituciones actuales y a sus políticos profesionales al servicio de la banca que heredamos directamente del franquismo. .

La memoria histórica nos recuerda que el Capitalismo no se derrumbará por si solo. Es necesaria la acción y organización de los de abajo no solo en el terreno social, también en el sindical, político, ecológico… la indignación tiene que participar de estos movimientos, buscando la unidad de acción contra las políticas neoliberales, democráticamente, respetando la autonomía, aceptando la critica para poder construir herramientas de coordinación. Necesitamos articular una lucha global contra este sistema global. Renunciar a cualquiera de ellas, es renunciar a dar la batalla. Lxs Indignadxs son más que las Asambleas del 15M, tienen que ser sindicatos de clase, combativos y democráticos, asociaciones de vecinos reivindicativas, ecologismo y feminismo revolucionario, partidos anticapitalistas, ateneos libertarios y librepensadores, plataformas contra los desahucios, redes de consumidores y productores. En definitiva, cualquier tipo de resistencia y lucha pacifica contra la dictadura del Capital.  La unidad de acción debería recoger las reivindicaciones inmediatas de índole económica o sociopolítica de los más afectados por la crisis: renta básica, dación en pago, alquiler social, derechos laborales, educación y sanidad pública, nacionalización de la banca, a la par que construye una alternativa de masas y democrática al Capitalismo.

Lo indudable es que nos queda mucho camino y que entre todxs lo tenemos que recorrer. El 15 de octubre, lxs Indignados, empezamos a caminar de forma coordinada a nivel internacional para demostrar que el cambio global es posible y necesario.  Indígnate y participa. 

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